En las fotgrafías, desde arriba, Rodrigo Alejandro Zepeda Zepeda, Juan Carlos Valencia Rojas y Cristian Christiansen.
Los suicidios que conmueven a nuestra ciudad
Chañaral está conmovido por el suicidio de tres jóvenes en un mes, desde un fatídico Día de los Enamorados (14 de febrero), hasta el viernes de la semana pasada (13 de marzo), donde dos de ellos, frisando o cumplidos los 33 años y otro de 19 años de edad, se colgaron para acabar con sus vidas, aparentemente por penas de amor, quizás también sus vidas gatilladas por qué otros tipos de penas o dolores. En tanto, la pareja del último suicida, una joven llamada Jessie, al enterarse de la muerte de su amado, intentó seguir el mismo camino y se tomó 120 pastillas de un fuerte médicamento que hasta al cierre de nuestra edición, la tenían en grave estado.
Historias de jóvenes de nuestra comunidad, tristes, dramáticas, de esas cosas que no nos gustaría tener que estar escribiendo todo el tiempo y que se arrastran por años.
El primero que inició la cadena fue el joven Rodrigo Alejandro Zepeda Zepeda, que sin dejar cartas, luego de compartir normalmente con sus familiares, se ahorcó en un día tan significativo, como el de San Valentín. Su tía regalona, Patricia Zepeda de Ocayo, nos contó que no hubo ni una carta, ni una queja a sus familiares, ni una actitud sospechosa que su vida andaba mal. Determinó dejar de vivir, cuando trabajaba esforzadamente por ser alguien en la vida. Sólo recuerda de sus amores, uno que había terminado hace tres años ¿rondaría aún en su cabeza una gran pena de amor?... El secreto se lo llevó a la tumba.
Simpático, amistoso, emprendedor, con una hija de 13 años (que ha sufrido mucho) que tuvo con su antigua pareja, una mujer joven que trabaja en un establecimiento comercial del centro de Chañaral; a lo que debe sumarse otro hijito de un año y medio, con la pareja que tenía en la actualidad, Cristian Christiansen Aguirre, una persona, a juicio de las mujeres simpático y bien parecido, se fue hace algunos días en su camioneta a la Punta Achurra, la estacionó de tal forma que la carrocería quedara aculatada a una parte un poco más profunda y se colgó. ¿Qué pasó por su cabeza, que le había sucedido?... El misterio persiste.
Y la semana pasada, Juan Carlos Valencia Rojas, otro atractivo joven, "muy hermoso", dijo una de sus amigas que lo admiraba, se colgó en su casa de calle Los Carrera, donde residía su madre Claudia Rojas Zuleta. Amaba a su hermanita de 12 años y ésta tuvo la mala suerte de encontrarlo muerto y la chiquita, desesperada, corrió a Carabineros, quienes también corrieron para tratar de salvarlo.
"Una hora antes, pasó por mi oficina – nos dijo su madre – y me dijo que había peleado con su pareja, Jessie. Estaba triste, pero no desesperado, era la rutina que tenían siempre. Se enojaban y al otro día estaban nuevamente juntos, ambos se querían mucho y por eso cada vez que peleaban volvían. ¿Qué le sucedió ese día, aun no lo sé?...Solamente se sentía un poco frustrado, porque él quería conseguir más cosas, para tener junto a las personas que amaba un mejor pasar. Con Jessie, sólo llevaban tres meses y se notaba que era algo fuerte, con mucho amor. Incluso a los tres días me pidió permiso para vivir con ella y aunque le dije que era muy rápido, le di en el gusto. Ella tiene un niñito, que no era de Juan Carlos y él lo sintió su hijo, eran sus ojos".
Luego, agregó: "Era hermoso, buena presencia, pero con mala suerte en el amor. Antes amó mucho a una niña y eso le afectó. Mi hijo era supersensible y sólo deduzco que se sentía frustrado, a lo mejor, porque no lograba tan rápido sus objetivos económicos. Estaba trabajando, sin problemas, en una empresa en la reparación de la carretera".
"Mi hijo, no era perfecto, pero era bueno y muy querido y lo demostró todo el afecto que recibió de un gentío enorme, no sólo de jóvenes, si no de personas de todas las edades".
Agregó que era la tercera vez que intentaba matarse, con la suerte que ella estuvo presente en las otras dos ocasiones. Luego, con dolor, nos dice: "Pero esta vez, no pude salvarlo como otras veces. En una de las oportunidades se hizo mucho daño con cortes en su cuello y sus brazos".
Historias de jóvenes de nuestra comunidad, tristes, dramáticas, de esas cosas que no nos gustaría tener que estar escribiendo todo el tiempo y que se arrastran por años.
El primero que inició la cadena fue el joven Rodrigo Alejandro Zepeda Zepeda, que sin dejar cartas, luego de compartir normalmente con sus familiares, se ahorcó en un día tan significativo, como el de San Valentín. Su tía regalona, Patricia Zepeda de Ocayo, nos contó que no hubo ni una carta, ni una queja a sus familiares, ni una actitud sospechosa que su vida andaba mal. Determinó dejar de vivir, cuando trabajaba esforzadamente por ser alguien en la vida. Sólo recuerda de sus amores, uno que había terminado hace tres años ¿rondaría aún en su cabeza una gran pena de amor?... El secreto se lo llevó a la tumba.
Simpático, amistoso, emprendedor, con una hija de 13 años (que ha sufrido mucho) que tuvo con su antigua pareja, una mujer joven que trabaja en un establecimiento comercial del centro de Chañaral; a lo que debe sumarse otro hijito de un año y medio, con la pareja que tenía en la actualidad, Cristian Christiansen Aguirre, una persona, a juicio de las mujeres simpático y bien parecido, se fue hace algunos días en su camioneta a la Punta Achurra, la estacionó de tal forma que la carrocería quedara aculatada a una parte un poco más profunda y se colgó. ¿Qué pasó por su cabeza, que le había sucedido?... El misterio persiste.
Y la semana pasada, Juan Carlos Valencia Rojas, otro atractivo joven, "muy hermoso", dijo una de sus amigas que lo admiraba, se colgó en su casa de calle Los Carrera, donde residía su madre Claudia Rojas Zuleta. Amaba a su hermanita de 12 años y ésta tuvo la mala suerte de encontrarlo muerto y la chiquita, desesperada, corrió a Carabineros, quienes también corrieron para tratar de salvarlo.
"Una hora antes, pasó por mi oficina – nos dijo su madre – y me dijo que había peleado con su pareja, Jessie. Estaba triste, pero no desesperado, era la rutina que tenían siempre. Se enojaban y al otro día estaban nuevamente juntos, ambos se querían mucho y por eso cada vez que peleaban volvían. ¿Qué le sucedió ese día, aun no lo sé?...Solamente se sentía un poco frustrado, porque él quería conseguir más cosas, para tener junto a las personas que amaba un mejor pasar. Con Jessie, sólo llevaban tres meses y se notaba que era algo fuerte, con mucho amor. Incluso a los tres días me pidió permiso para vivir con ella y aunque le dije que era muy rápido, le di en el gusto. Ella tiene un niñito, que no era de Juan Carlos y él lo sintió su hijo, eran sus ojos".
Luego, agregó: "Era hermoso, buena presencia, pero con mala suerte en el amor. Antes amó mucho a una niña y eso le afectó. Mi hijo era supersensible y sólo deduzco que se sentía frustrado, a lo mejor, porque no lograba tan rápido sus objetivos económicos. Estaba trabajando, sin problemas, en una empresa en la reparación de la carretera".
"Mi hijo, no era perfecto, pero era bueno y muy querido y lo demostró todo el afecto que recibió de un gentío enorme, no sólo de jóvenes, si no de personas de todas las edades".
Agregó que era la tercera vez que intentaba matarse, con la suerte que ella estuvo presente en las otras dos ocasiones. Luego, con dolor, nos dice: "Pero esta vez, no pude salvarlo como otras veces. En una de las oportunidades se hizo mucho daño con cortes en su cuello y sus brazos".
«¡Nos hemos olvidado del
humanismo, no somos perros!»
Nos dijo el sacerdote Vicente Strems, que durante mucho tiempo ha abogado porque se termine la cadena de suicidios e intentos de suicidios en una comunidad tan pequeña como la nuestra. El sacerdote valenciano ha estado en los últimos días en Chañaral, reemplazando al párroco Jaime Pizarro, que por razones de salud debió viajar.
"Debemos cuidarnos de las tristezas de los demás. Nos hemos olvidado del humanismo, no somos perros" - dijo el sacerdote. -"A veces los jóvenes no tienen quien les escuche sus penas, las cosas que tienen que contar… están tan solos. ¡Que nadie se lave las manos! En esto, nadie es absolutamente culpable, pero no debemos olvidar que todos somos responsables frente a este tipo de situaciones. Como dije, nos hemos olvidado del humanismo. Cada pérdida es una gran desgracia y hay varias causas de lo que está sucediendo con los jóvenes que se quitan la vida o que intentan quitársela", dijo con tristeza, pero con fortaleza el sacerdote que no claudicará en ayudar a la noble causa de procurar endurecer los cimientos del humanismo, que tanta falta le hace al mundo de hoy.
El Ciudadano
ResponderEliminarSuicidios en Chañaral
http://www.elciudadano.cl/2009/03/23/suicidios-en-chanaral/
Desde ya algún tiempo que se vienen sucitando éstos, tengo muy presente a varios de ellos que me han tocado de cerca: el conejo, germain, chica familiar de una de mis mejores amigas... ahora "ojito". Es triste pensar en ellos... pero que más se puede esperar de esta sociedad en la que estamos: fria, indiferente, inhumana, sin principios... que sólo saben de derechos, de trabajar por míseros salarios, aproblemados financieramente, esperanzados en un futuro mejor que no recuerdan sus deberes pilares de una formación y fortalecimiento familiar y social. Día a día escuchamos de abusos, violencia, abandono, alcoholismo, drogadicción, simarras...dónde están los que deben velar por ello..."viven" llenos de frustaciones, limitados, carentes de estímulos,de apoyo, hipotecando toda relación afectiva, contacto, conversación, atención. Ayudemos con una palabras de aliento, con atención, preocupemonos de quien está solo, de aquel que le falta pan, ropa, techo, un abrazo.-
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