domingo, 30 de agosto de 2009

FALLECIMIENTO DE MANUEL "PIPO" REYES LEON

Se ha ido un gran deportista:
  Manuel “Pipo” Reyes León
(Padre del profesor, Manuel "Pipo" Reyes)
Si hubiera que definirlo en el deporte que mas brilló, lejos sería el fútbol, donde fue un medio campista de lujo, que hacía con la pelota una verdadera poesía, cuyos versos eran matizados con pases profundos o jugadas llenas de picardía.
Realmente era un jugadorzazo, un deleite para el deportista verlo jugar, el que al igual que el poeta que desliza su pluma para escribir sus versos o sonetos, el “Pipo” (Q.E.P.D.) trasladaba la pelota con fuerza, agilidad y precisión y muchas veces sus compañeros sólo empujaban la pelota para que esta terminara en la red.
Otras veces, la escondía y con genialidad, esa que sólo saben hacerlo los grandes, los prodigiosos, esos elegidos por Dios, y para deleite del público, la redonda de cuero, terminaba en las mallas.
Su tierra natal, fue el puerto de Taltal, donde defendió los colores del Club de sus amores Unión Caleta y por darle una alegría a su padre jugo por Unión Marítima y por supuesto en la selección de fútbol local.
Su trayectoria cruzó las fronteras de su querido puerto, llegando a jugar en la Copa Chile y en varios campeonatos a nivel nacional.
También fue un buen basquetbolista; en Taltal, jugó en el quinteto del club Pacífico, integrando con éxito la selección de esa ciudad.
A Chañaral llegó en la madurez de su existencia, donde continúo su vida deportiva. Aquí jugo por los crack en la selección de fútbol y en básquetbol, se integró al quinteto de la primera serie del Club Deportivo San Martín. Aquí en un puerto terminó de escribir su historia deportiva, llena de talento, llena de gloria.
Se ha ido un gran deportista, cuya magia con la pelota, conocieron preferencialmente el norte grande y norte chico de nuestro país y muchas otras latitudes de nuestro territorio nacional.
Estamos seguros que ya está armando su equipo de fútbol allá donde van los elegidos, y sus piruetas serán el deleite de sus compañeros. Allá la tomará de nuevo y su querida redonda, esa de cuero, no la volverá a soltar jamás.
Su corazón quedó dividido con su partida, y aquellos que lo quisieron con los amigos de Taltal, lo demostraron en su ultimo adiós, al acudir al Campo Santo de Chañaral, a escuchar su último verso de una jugada con pase largo, razante y preciso, que el adversario no pudo atajar.
Nosotros también humildemente quisimos estar presentes y rendirle un sentido homenaje al amigo, por su valor deportivo.

  Héctor Santos G, Raúl Rojas B y Julio Arnello F. 


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