sábado, 5 de diciembre de 2009

ARTICULO SOBRE LOS PERROS DE MERY ODETTE SCHAMPCKE



¿Ser o estar aperrados? Ese es el problema
Por Mery Odette Schampcke (concejala)
Es una tarde soleada de noviembre. Pocos o ningún colectivo en una hora pick para un día común, pero los profesores estamos en paro y parece que sin clases la vida cotidiana se hace más lenta, más silenciosa en nuestro puerto. Dejé entrar el viento por la ventana sin pensar en la cantidad de arena que entraría a contaminar mi espacio o poner en riesgo mi computador. Apagué el televisor y pude escuchar el caminar de los pájaros en el techo…entendí porqué mi perra ladraba tanto. En la ventana se asomó un perrito que lleva cinco días debajo del romero en el jardín esperando que mi canina compañera acepte su amor incondicional antes que pase el celo…Tiene una mirada triste, es blanco y sin embargo se ve tan abandonado que parece un perro vagabundo. Sin querer me puse a pensar en uno de los puntos en tabla en la sesión del Concejo Municipal. Los canes fueron tema y aunque vienen siéndolo desde hace tiempo, puedo decir que hoy sí avanzamos un trecho en la solución de un problema que ya se está haciendo endémico. Todos hemos visto sorprendidos y preocupados cómo estos animales considerados nuestros mejores amigos pululan libremente por las calles de nuestro puerto. Muchos de ellos hambrientos, belicosos y en deplorables condiciones de salud invadidos por todo tipo de parásitos. Eso sin considerar en profundidad el peligro que representa para la salud humana la presencia de las fecas que son depositadas por lo menos en dos o tres esquinas de cada barrio y que por efecto del viento van a dar a nuestro organismo y lo que es peor al organismo de nuestros niños.
Al parecer los perros en situación de calle tienen sus territorios, se comportan como manadas, tienen sus líderes que siempre van a la delantera y el resto los sigue; se alimentan de las bolsas de basura que rompen o de la red social que los alimenta (vecinas o vecinos piadosos, dueños de restaurantes, carnicerías o venta de comida al paso). Algunas de estas manadas adoptan a un ser humano indigente como amo, caso conocido en Chañaral, me queda la duda de quién adopta a quién. Pero bueno, estos caninos callejeros no faltan a ningún evento público y si es con comida, peor, estarán todos más sus invitados. Arman atemorizantes safacocas cuando una perra está en celo. Brindan un triste espectáculo en el sector centro, en las cercanías de la llegada de buses o en el sector de la Copec. Hay perros liceanos, por lo menos unos seis, que han hecho de este espacio su territorio poniendo en riesgo el tránsito de alumnos y profesores. La descripción sería mucho más extensa. Lo importante, es que las autoridades han decidido tomar el toro por las astas y enfrentar el problema, lo cual no es tarea fácil dado que queda excluida la solución exterminio. Se ha comenzado con la aprobación de una Ordenanza Municipal que regula la tenencia responsable de estas mascotas y responsabiliza a todos los habitantes de nuestro puerto. Porque, tanto en este problema como en el de la basura, que es otra cuestión que nos complica la vida, somos de algún modo culpables. La normativa recién aprobada por el Concejo entre otros puntos importantes fija un plazo para inscribir a las mascotas en un registro que será la primera base de datos de población canina en Chañaral y señala las obligaciones y prohibiciones para la tenencia responsable de mascotas. Junto a otras iniciativas paralelas como lo son la educación, la prestación de algunos servicios veterinarios para esterilización y la voluntad de los habitantes para cumplir y limpiar…podríamos pensar que en unos cinco años Chañaral ya no tendrá más perros callejeros que gente en las calles y no exagero…a veces hay más perros que personas en algunas de nuestras principales arterias. Todo sea para que ellos estén bien y nosotros también.

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